MI GUÍA...

Cada noche…Cada día yo recorro tus entornos…
Porque sabes ser mi guía…
Tus cabellos y tú frente…Tus labios…Tus mejillas…
Arrastrándome por tus senos, como ningún mendigo lo haría…
Mendigo de tus besos y también de tus caricias…
Sigo buscándote por tus tórridas caderas…
Y a la vez por la espalda, llevándome por tus dedos…
Indicándome la llegada al jardín de tu edén…
A tú lúgubre morada, en la que invadiré de paz…
Tu sosiego…Seré el conquistador de tú cuerpo una vez más…
Mi espada clave en tú diana…
Sin suplicas…Ni piedad…
Y el grito de los perdidos implorando….
¡¡ Basta ya!!
Lo ignoraré por completo…
Pues en esta batalla o en esta guerra ya se acabo el respeto…
Y comienza un nuevo día…
Llegaré de nuevo a ti…
Suplicándote de nuevo…
Que vuelvas a ser de nuevo mi guía…
Erika…